En época de crisis generalizadas como la que transitamos, resulta frecuente que se quiera recurrir a “informes” que producen empresas como Veraz, Nosis, Dun & Bradstreet, etc., con el fin de chequear la situación de quienes gozan de crédito o mantienen deudas. En el caso de la popular “Veraz”, la empresa particularmente aclara que informa acerca de quienes contrajeron deudas dentro del sistema financiero.
Es así que más que para saber si alguien está, estos registros sirven para confirmar que alguien no está, lo que acota de por sí su utilidad puesto que no figurar en tales bases no es de por sí garantía de nada. Sería el caso de una persona o empresa que incumplió obligaciones contractuales fuera del sistema financiero -más aún, resultó embargada- pero podrá igualmente no estar. A la inversa, en la actualidad es notorio el caso de personas erróneamente incluidas en estos registros como morosas, pudiéndose luego comprobar que ni siquiera habían tomado una deuda y que se trató de créditos falsos. Y para colmo, pululan quienes ofrecen sacarte del Veraz en cinco minutos a cambio de un honorario.
Es innegable que algunos se quejen de que dichas empresas cobran por un servicio que finalmente no brindan; éstas a la vez podrán escudarse en que “se limitan” a informar ciertos hechos o actos por demás puntuales que les llegan del BCRA y no carecen de razón. Lo cierto es que muchas veces no están llamadas a cumplir la función que muchos creen que tienen, siendo que se trata solamente de bases de datos privadas; por tanto, de limitado alcance.
Nada reemplazará entonces una buena política de crédito y, en su caso, el due diligence registral, siendo además que hoy en día hasta las propias redes sociales brindan una calidad de información inusitada gracias a los avances de la inteligencia artificial.